sábado, 8 de enero de 2011

LECTO-ESCRITURA EN EDUCACIÓN INFANTIL


Aprender a leer y a escribir

Los más importantes educadores del niño a la hora leer y escribir son sus padres. Cuando ayudamos a nuestro hijo a aprender a leer y a escribir, le estamos dando herramientas al pequeño que le servirán toda su vida. Leyendo con tu hijo, estamos ayudándole a desarrollar el gusto por la lectura.

Además, la lectura les proporciona a los padres la ocasión de entablar un diálogo con sus hijos sobre los textos leídos y comentar las ideas y las cosas que se han visto en la lectura. Este diálogo es esencial para ayudar al niño a desarrollar sus habilidades orales, que a su vez le ayudarán en la lectura y la escritura.
Pero el aprendizaje de la lectura y la escritura no se hace de la noche a la mañana. Para que el niño aprenda a leer y a escribir correctamente debe superar diversas etapas. Cuando supere esas etapas, el niño será un lector autónomo, y leerá y escribirá con facilidad. 


Consideraciones previas en el proceso de lecto-escritura

Los niños y las niñas de tres, cuatro y cinco años no deben estar todo el día pegados al pupitre, escribiendo y leyendo. La Educación Infantil posee unas características propias: el juego, la comunicación oral y corporal, la relación afectiva y los hábitos de cuidado personal.
Cada niña y cada niño tienen un desarrollo madurativo propio que tenemos que respetar, y mediante el proceso de aprendizaje de la lecto-escritura con el que queremos trabajar se favorece el atender a cada uno de los distintos ritmos de desarrollo.

Todas hemos dicho a veces frases como “mi hija ya sabe leer”, pero ahora estamos inmersas en otro proceso de educación distinto, y contamos con que las niñas y los niños saben leer y escribir desde un principio, independientemente de que a las personas adultas nos cueste entenderles.

Proponemos trabajar el lenguaje escrito desde los tres años de edad. No sólo es posible, como venimos demostrando en cursos anteriores, sino que los alumnos y las alumnas de Educación Infantil se lo pasan estupendamente y aprenden un montón de cosas interesantes.
Debemos estimularles, ofrecerles la posibilidad de acceder al lenguaje escrito, pero no atormentarles, ni clasificarles, ni exigirles a todos unos conocimientos iguales.

Los niños y las niñas comprenden que el utilizar la escritura y la lectura sirve para comunicar, para gozar y disfrutar con ella, la rechazan cuando se les impone y se les desmotiva con calificativos negativos.
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Papel de los padres y las madres

SÍ a:
- Manejar mucha cantidad y variedad de material impreso: revistas, propagandas, libros, periódicos, recetas, poesías, prospectos médicos, cuentos, carteles de la calle,...
- Facilitar las iniciativas en las que les pidan material o ayuda para escribir y leer, dibujar, pintar,...
- Leer con nuestros hijos o hijas las producciones que hayan realizado (notas informativas, poesías, trabajos o proyectos,...) valorando siempre positivamente su esfuerzo.
- Hablarles muy claro y correctamente.
- Aceptar las producciones de los niños y niñas como su forma de comunicarse desde el momento lectoescritor en el que se encuentran y no como errores que han cometido.
- Continuar leyéndoles aunque veamos que son capaces de hacerlo por si mismas.
NO a:
- Las valoraciones negativas, o bajo el punto de vista adulto, de sus producciones escritas.
- Presionar o a comparar las producciones de vuestras hijas o hijos, siempre hay que respetar el proceso natural e individual en el que se encuentran.
- Agobiarnos con el aprendizaje de la lectoescritura, y no a agobiar a nuestros hijos o hijas.
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